jueves, 4 de febrero de 2010

El Escriba Sentado II (final)



Finalmente el ejemplar de “El Escriba Sentado” que estaba esperando, no fue de ninguna ayuda. Recurrimos entonces a otras fuentes que han sido de vital ayuda.

detalles tecnicos: La obra fue encontrada en Saqqara en 1850; pero toda la documentación sobre el hallazgo esta perdida. Se supone que pertenece a la IV dinastía, ya que en esa época se representaba a los escribas escribiendo, a partir de la VI, se los represento leyendo. Curiosidad: el escriba esta retratado haciendo su trabajo (atento al dictado como ya vimos), mientras que este tipo de representación se reservaba a hijos o nietos del faraón.

La figura esta realizada en piedra caliza; y lo curioso es el detalle en sus ojos: están realizados en alabastro (cornea), plata (pupilas) y basalto (iris); recubiertos por cristal de roca. También cabe destacar la atención puesta en separar los brazos del torso, algo no muy común. Ciertos elementos son forzados en la pieza para focalizar la atención a ciertos aspectos: una leve desproporción ha sido creada en las caderas y rodillas en pos de conseguir formar un plano en el regazo que diera mayor profundidad y sensación de espacio, llevando la atención a las manos que tan detalladamente han sido esculpidas. Los pies están expuestos en su mayoría, lo que representaba un gran desafío en tanto había que lograr eliminar la inclinación natural en el regazo.

Si bien las estatuas Reales se caracterizan por su realismo, no era así con la estatuaria privada, como ya hemos estipulado. A partir de la IV dinastía, atestiguamos un esfuerzo por captar la vida de los personajes representados. Estas representaciones tienden a personificar el cuerpo humano idealizado bajo sus formas más perfectas; no obstante, en ocasiones sucumbía a la tentación de mostrar los aspectos físicos más aparentes. Este es el caso. Nos encontramos ante un hombre lejos de ser idealizado: no aparenta ser una persona de exultante juventud, de hecho, denota en su rostro el paso de los años por su cara angulosa y sus labios finos; y su cuerpo no es esbelto (seamos delicados, no es que quien les escribe sea Christy Turlington).

Nos encontramos finalmente ante la belleza de lo eterno e imperecedero. Ante el propósito conseguido, la perduración. Y sumidos en un instante de quietud e interrogante. Si se lo mira a los ojos, resulta imposible no preguntarse ante quien se está, que es lo que este personaje está pensando, si es que piensa, pero es que así parece! Parece vivo! Y esa es su majestuosidad.

Bibliografía
· “El Egipto del Imperio Antiguo”. Padró Parcerisa, Josep. Alba, Madrid, 2005
·
www.historiarte.net
· www.louvre.fr
· www.egiptologia.com
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3 comentarios:

  1. me impresionan los ojos y el echo que usaran cristal de roca para que se vean mas reales. Ahora usan vidrio y se ve bien berreta, da miedo como las esculturas de las iglesias antiguas.

    No te rias, pero parece un ET. jeje

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  2. A ver... que puedo decir...
    En principio me pareció excelente el raconto del contexto histórico. Muy pertinente e informativo.
    Por el lado de la figura, de la estatua, o escultura... me resulta interesante eso que vos decis, que no lo muestran como una persona perfecta, es de edad... por lo que esta bueno extraer para tener en cuenta, el aprecio y reconocimiento de las personas reales, y en función. Cosa que hoy en día no se si se realiza un reconocimiento a las personas que dedican su vida por algo que pueda ser importante para la sociedad.
    Es eso por ahora.
    Besos!

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