My Delirious friend. |
Que tengo pocas ganas de escribir y le quiero dar un giro al blog. Pero me cuesta. Ud. Sabe, los cambios me cuestan, sólo llegan después de llamados telefónicos que dan paso a sueños reveladores, o poemas desubicados que alteran mis humores ya endebles. Me gustaría mucho decir algo, pero lo único que tengo en mi cabeza es una canción en repeat ad infinitum; lo único que realmente quiero hacer, es compartirla.
Delirious… poco sé de música house, pero creo que esta canción podría caer en ese género. La escuché por primera vez el jueves, empecé a moverme hasta que Jime me dijo: “Delirious! Es Guetta!” y dije, “con razón! Guetta te banco. Me haces mover… como diría Rick Astley: You Move Me”. De repente todo el vomito terapéutico en el que nos encontrábamos pasó a segundo plano.
Porque eso hace una buena canción. Por popera, rockera, punk, que sea, finalmente se trata de estar en el lugar adecuado, en el momento indicado. Los resabios de esos instantes se saborean a través de las notas, los estribillos, las cosas que uno va descubriendo cuando ya es la quinta millonésima vez que se escucha el tema; y así como reaparecen… con el tiempo me calmo… y paso al próximo momento, o me remito a otro, y la vida se sigue así, una sucesión de escenas que se vuelven memorables y quedan impregnadas, acompañadas de todo lo que podamos para evocarlas lo más vívidamente posible.
El cambio está por venir.