viernes, 8 de octubre de 2010

Odio todo

Madam Mim
Odio el sol; odio las faltas de ortografía, las detesto, la gente con faltas de ortografía me parece ignorante y estúpida, ¡¿cómo puede alguien escribir ‘dulCura’?!, pero, ¿vos sos idiota? Que retardo mental, por favor. Detesto la gente que grita, aborrezco la gente que usa anteojos de sol a la noche, los comunistas, los guevaristas, los conchetos, los top, los snob, los posers, los wannabes, la falta de humildad, la mala educación, la falta de caballerosidad, la gente que vive a dieta, las cirugías estéticas, el mal sexo… ¡cómo odio el mal sexo! ¡Y cuán común es! Repudio los hombres mentirosos, los hombres chamulleros, los hombres cobardes: sí, odio la cobardía, me enerva la falta de bolas.

Desprecio la resignación, la comodidad, la falta de entrega, la falta de dedicación, el no cumplir, la falta de honradez, la ineptitud, la ineficiencia, la negligencia, la falta de palabra. Que todo sea efímero, el no compromiso, las fobias, la hipocresía, la injusticia me vuelve loca, ¡me pone los pelos! Las distancias, las cosas sin terminar, la falta de posibilidades, el encierro, las aglomeraciones de gente, los shoppings los sábados a la tarde, las parrillas esas con manteles blancos y vasos copita con la panera en el medio, el bife con ensalada, la ensalada mixta, Berlitz, las manzanas, el carnaval carioca, las baladas latinas, el olor en Buenos Aires en verano, el microcentro, los pantalones de poliéster, la monotonía.

Me exasperan soberanamente la inseguridad, las drogas, la inoperancia, sentir impotencia, los traicioneros, los envidiosos, los asesinos, los violadores, los abusadores, los golpeadores, los bebés que no se callan nunca, ¡la gente que no se calla nunca!, los perros chiquitos que ladran como si se hubieran tragado un silbato, las apariencias, los mensajes de texto; que me digan ‘cuidate’ –la concha de tu madre, ¿tan mal me ves que me decís que me cuide? ¿Te parece que me voy a enfermar? ¿O qué?-, la gente que no respeta los espacios personales, los que te hablan a un centímetro de la cara, los que te tocan cuando hablan, los que se creen tus mejores amigos y ni te conocen, los hiperkinéticos, los tacaños, los convenidos, los codiciosos, los ególatras, los egocéntricos, los consentidos, los complacientes, los sinvergüenza, los impunes, los irrespetuosos, los altaneros, los bravucones, los malcriados, la gente que habla al pedo, la que no se ríe de ella misma, la que no tiene humor.

Madam Mim enferma
 Me enferma sentir ausencias, la falta de tacto, de sensibilidad, de sensatez, me enferman los prejuicios, la falta de ética, la impuntualidad, las excusas, la incertidumbre me pone los pelos de punta, la falta de imaginación, la falta de creatividad... la falta en sí misma.

Más que nada, eso, las carencias son algo que me angustia muchísimo. Soy una persona muy afortunada, y así como odio tantas cosas, hay muchas otras que no me enajenan tanto. Pero hoy no quiero quedarme callada cuando hay tanto que sí lo hace.